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HASTA QUE LLEGO SU HORA


HASTA QUE LLEGO SU HORA (C'ERA UNA VOLTA IL WEST)
1968
Italia/España
Director: Sergio Leone
Argumento : Dario Argento, Bernardo Bertolucci, Sergio Leone
Guión : Sergio Leone, Sergio Donati
Director de Fotografía : Tonino Delli Colli
Música : Ennio Morricone

Intérpretes:
Claudia Cardinale, Charles Bronson, Henry Fonda, Jason Robards, Gabriele Ferzetti, Woody Strode, Jack Elam, Lionel Stander, Paolo Stoppa, Frank Wolff, Marco Zuanelli, Al Mulock, Keenan Wynn, Simonetta Santaniello, Enzo Santaniello, Luigi Ciavarro, John Frederick, Spartaco Conversi, Aldo Berti, Michael Harvey, Antonio Molino Rojo, Benito Stefanelli, Frank Braña, Fabio Testi, Claudio Scarchilli, Aldo Sambrell, Salvo Basile, Bruno Corazzari, Claudio Mancini, Luana Strode, Tullio Palmieri, Renato Pinviroli, Ricardo Palacios, Robert Spafford, Bill Crawley, Francesca Leone, Raffaella Leone, Don Galloway, Livio Andronico, Paolo Figlia, Stefano Imparato, Frank Leslie, Luigi Magnani, Umberto Morsella, Enrico Morsella, Conrado San Martín, Giovanni Ivan Scratuglia, Dino Zamboni, Lorenzo Robledo.

SINOPSIS: Brett McBain, granjero viudo de origen irlandés, vive con sus hijos en una finca levantada sobre el terreno arenoso y desértico del Oeste americano. Allí piensa que será feliz con su segunda y reciente esposa, Jill, que debe llegar desde Nueva Orleans, y a la que prepara un fiesta de bienvenida. Pero antes, una partida de bandoleros acaba con las vidas de Mac y sus hijos. Cuando Jill llega a la hacienda queda impresionada por una matanza que nadie se explica.

Una obra maestra, tanto del Spaghetti western como del cine. Leone demuestra que sabe como volver a reinventarse, y cierra su camino por el western con esta brutal cinta en la que vemos como el progreso acaba con los tiempos de pistoleros montados a caballo. La película esta lleno de momentos brillantes, comenzando con el inicio, con la llegada de el protagonista a la estación, y su enfrentamiento contra los 3 pistoleros. Hay que decir que Leone lo rueda todo jugando con los tiempos, sin prisas en enseñar nada, recreándose en los detalles y en los personajes. Eso ha echo que a muchos no le termine de gustar "Hasta que llegó su hora", ya que se puede hacer demasiado larga, pero es que Leone se permite hacer lo que nadie hace, y es montar a gusto, sin la distribuidora imponiendo ni cortando.
Leone hablando sobre el film afirmó que el ritmo de la película es como los últimos jadeos de un moribundo antes de irse de este mundo, por eso la acción se retrasa o de repente se acelera.
Quizás en cuanto al reparto, Fonda esta sublime en el papel de un temible forajido que ni siquiera pestañea al matar a un niño, en su papel mas oscuro y siniestro. Y también hay que resaltar la insultarte belleza y sensualidad que desprende Claudia Cardinale, en otro gran papel.

La labor de dirección de Sergio Leone me parece de libro o de academia: la planificación de las escenas, los movimientos de cámara (maravillosos travelling, perfecta utilización de la grúa como en la escena en la que Jill llega al pueblo, uso racional del zoom), la combinación de planos cortos con planos largos, etc. Así la peli está plagada de grandes momentos: desde la larga secuencia inicial en la que tres pistoleros esperan la llegada del tren en el que viaja Charles Bronson que está inspirada en la famosa escena del tren de “Solo ante el peligro”; pasando por la presentación de Henry Fonda con la cámara rodeando su rostro hasta que vemos sus ojos azules, fríos como la muerte o el estupendo duelo entre Harmonica y Frank, con una gran labor en el montaje y un magnífico flashback a través del cual conoceremos el motivo de la venganza; hasta ese gran y metafórico final con la muerte de Jason Robards al mismo tiempo que llega el tren; así, como ya hiciese John Ford en “El hombre que mató a Liberty Valance”, Leone nos muestra cómo los personajes de Harmonica, Frank y Cheyenne, que han impuesto hasta ahora su ley a través de las armas, están condenados a desaparecer con la llegada de la civilización y a dejar paso a los educados habitantes del este, representados por el personaje de Jill, que son los que construirán y harán grande al país.

Tan importante como la labor de dirección de Sergio Leone es el trabajo de Ennio Morricone en la composición de la banda sonora (para mí una de las mejores de la historia del western), ya que va a crear un tema para cada personaje principal con el objetivo de que les identifiquemos con su melodía, así la música se convierte en un elemento dramático fundamental.
Tanto la fotografía del habitual en el cine de Passolini Tonino Delli Colli (¡qué bien retratado está el Monument Valley!) como la dirección artística son sobresalientes, beneficiados por un presupuesto nada cicatero. Por último, en cuanto a los actores creo que dieron lo mejor de sí mismos. Henry Fonda crea a uno de los mejores malos que he visto en el cine, Jason Robards está enorme en el papel de romántico y entrañable bandido, Charles Bronson no desentona como el vengativo pistolero lo que en su caso es decir mucho, y Claudia Cardinale, en un papel muy importante inusual en las pelis del oeste, demuestra que, aparte de ser una mujer muy bella, es una estupenda actriz que, tras trabajar con Fellini y Visconti, intentaba introducirse en los EEUU (acababa de rodar “Los profesionales” un gran western de Richard Brooks). Junto a ellos un gran número de estupendos secundarios, tanto europeos como Gabriele Ferzetti o Frank Wolf (éste era norteamericano pero desarrollo su carrera básicamente en Europa), como veteranos norteamericanos: Woody Strode, Jack Elam, Lionel Stander o Keenan Wynn. Además podemos distinguir en papeles muy cortos a varios habituales de los spaghettis entre los que destacan Aldo Sambrell, Fabio Testi o Frank Braña. De esta forma, con el casting, también se está subrayando la idea de combinar clasicismo con modernidad.

HENRY FONDA

Actor estadounidense (1905 Nebraska-1982 California) cuyo verdadero nombre era Henry Jaynes Fonda y patriarca de una saga de intérpretes: sus hijos Jane y Peter y su nieta Bridget. Posee una de las carreras más extensas y exitosas en la historia del cine con más de cien apariciones en la gran pantalla en las que con un estilo sobrio y contenido dotó a sus personajes de una gran profundidad, encarnando como pocos al norteamericano medio. Hijo de un impresor, sus primeros pasos se encaminaron hacia el mundo del periodismo que pronto abandonó por la interpretación teatral (una de sus grandes pasiones que nunca abandonó) primero como aficionado en el teatro de Omaha, dirigido por la madre de Marlon Brando, y, posteriormente, en Broadway con la University Player donde conocerá, entre otros, a James Stewart y Margaret Sullivan.

Tras protagonizar dos exitosas obras de teatro “I love you Wednesday” dirigida por George Cukor y “The farmer takes a wife” dirigida por Elia Kazan, se le abren las puertas de Hollywood y debuta en “Contrastes” (1935), adaptación de Victor Fleming de la última obra de teatro citada. Contratado por la poderosa Twenty Century Fox, durante las dos siguientes décadas se convirtió en uno de los actores más estajanovista de la época, participando en todo tipo de géneros con los más grandes directores: Fritz Lang (“Sólo se vive una vez” y “La venganza de Frank James”, segunda parte de “Tierra de audaces” que también protagonizó junto a Tyrone Power bajo la dirección de Henry King), William Wiler (“Jezabel” junto con la gran Bette Davis en su típico papel de malvada), Preston Sturges (“Las tres noches de Eva” extraordinaria comedia en la que padecía los enredos de Barbara Stanwyck), William Wellman (“Incidente en Ox-Bow” un excepcional western en el que se cuestionaba la ley de Lynch y ofrecía una imagen del oeste poco heroica). Pero es sin duda su colaboración con el genial John Ford la que más le va a marcar, así participara sucesivamente en “El joven Lincoln” (genial biografía de los primeros años como abogado de Lincoln), “Corazones indomables”(estupendo western ambientado en el siglo XVIII), la extraordinaria adaptación de “Las uvas de la ira” en la que dio vida a Tom Joad y por la que fue nominado al Oscar, “Pasión de los fuertes” (recreación bastante libre del duelo en el OK Corral),“El fugitivo” (fallida adaptación de una la gran novela de Graham Greene “El poder y la gloria”) y “Fort Apache” (primera parte de la mítica trilogía sobre la caballería en la que interpretó al Coronel Thrusday un clasista y racista militar trasunto de Custer).

En la siguiente década, liberado del contrato con la Twenty, espació sus apariciones en la gran pantalla; no obstante se le pudo ver en grandes películas como la colosal adaptación de la inmortal obra de Tolstoi “Guerra y paz” realizada por King Vidor, el magnífico thriller basado en un caso real “Falso culpable” de Alfred Hitchcock o los notables westerns “Cazador de forajidos” dirigida por Anthonny Mann y “El hombre de las pistolas de oro” filmada por Edward Dmytryk; además de reservarse el principal papel de “Doce hombres sin piedad”, que también produjo y por la que fue nominado de nuevo al Oscar.

La década de los sesenta supone la de su aparición en grandes superproducciones caracterizadas por sus espectaculares repartos como “Tempestad sobre Whasington” y “Primera victoria” ambas de Otto Preminger, “La conquista del Oeste” (una especie de compendio de los temas tratados en los westerns) o las bélicas “El día más largo” y “La batalla de las Ardenas”; además coprotagonizará notables películas como el duro thriller de Don Siegel “Brigada homicida” con Richard Widmark, que dio lugar a una serie de televisión, “El estrangulador de Boston” dirigida por Richard Fleischer y protagonizada por Tony Curtis y el western paródico “El día de los tramposos” de Joseph L. Mankiewicz junto a Kirk Douglas. En 1968 rodará una de las cumbres del western “Hasta que llegó su hora” en la que, en una gran interpretación, dio vida a Frank uno de los pistoleros más fríos y despiadados, capaz de asesinar a un niño sin pestañear, vistos en un western. Su contribución al spaghetti se completó con su papel de Jack Beauregard en “Mi nombre es ninguno” (1973) film alegórico sobre la muerte del western. En la década de los setenta sus trabajos son cada vez más escasos y menos interesantes (incluso aparece en varias películas de catástrofes tan en boga durante esa época: “Tentáculos”, “El enjambre” o “Meteoro”). En 1980 recibió un Oscar honorífico y, por fin, al año siguiente obtuvo el Oscar al mejor actor por su papel en el film “En el estanque dorado” de Mark Rydell, película que, además, le dio la oportunidad de trabajar junto a su hija Jane.

En 1982 moría de un fallo cardiaco este gran actor del que John Ford a una pregunta de una periodista dijo “¿Usted ha visto caminar a Henry Fonda? Pues eso es el cine”.

Filmografía SW

1968.- Hasta que llegó su hora
1973.- Mi nombre es ninguno.


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